¿Por qué la educación es tan buena en Finlandia? Estoy seguro de que no soy el único el único que se lo pregunta. Finlandia, ostenta orgullosamente el mejor sistema educacional del mundo, esto según el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE, la misma que elaboró la prueba de habilidades en donde Chile se ubicó en el puesto 44 de los 65 países que fueron medidos.
¿Qué lo hace tan especial y sobre todo tan efectivo? Uno de los puntos que quizás más llame la atención de ese país, es por ejemplo que sus padres al momento de elegir un colegio donde matricular a sus hijos, no desean de manera manifiesta aumentar la segregación social enviando a sus niños a colegios de elite.
Hace días atrás y en el marco de una charla organizada por la Pontificia Universidad Católica, visitó nuestro país la académica finlandesa Sonja Kosunen, quien entre otras cosas señaló que en Finlandia está prohibido por ley seleccionar alumnos o preguntarle a los niños qué hacen sus padres, menos aún pedir antecedentes económicos. Los alumnos de ese país, asisten al colegio público que le corresponde al distrito donde viven, y la matricula está manejada por el municipio o gobierno local. No rinden ninguna prueba similar o equivalente al SIMCE y la única categorización pública que se hace entre un establecimiento y otro, se hace en con una medición en base a “un sistema basado en la confianza”.
La educación preescolar para los niños finlandeses es obligatoria (y todo el mundo asiste); luego, la enseñanza primaria se desarrolla sobre la base del currículo nacional para cada grado y, al finalizar, se rinde un examen de selección. Esta prueba es la que establece si los estudiantes pueden seguir su carrera en un liceo o en establecimientos vocacionales. Posterior a esto, existe una prueba nacional similar a la PSU, la cual se rinde conjuntamente con otra prueba de selección que cada universidad pide para ingresar a sus propios estudiantes”, señaló la profesora, quien dicta clases en la Universidad de Helsinki.
“La idea basal es que no existe selección. Todos van a la misma escuela, no existen diferencias de clase, ni de sueldo de los padres, ni del lugar donde viven, ni de las creencias que tienen. El hijo de un doctor estudia al lado del hijo de un albañil. No existe la posibilidad de selección. El dinero no está involucrado como factor, no se toma en cuenta ni se considera el capital económico para la educación” agregó.
En Finlandia, -como de seguro habrán escuchado- los profesores cuentan con un prestigio social alto y un gran reconocimiento por su labor, de hecho sólo el 10% de lo aspirante puede ingresar a estudiarla.