No se sabe bien cual fue el origen del polerón de cuarto medio, pero sí está claro que es una de las tradiciones que se ha mantenido con mayor fuerza en todos los colegios. Provocando debates, discusiones y hasta peleas por elegir el preciado diseño que nos acompañará y recordará durante toda nuestra vida nuestra etapa escolar.
El famoso polerón debe pasar por un arduo período de inspiración y creación que pasa por juntar las lucas necesarias para mandarlo a hacer. En algunos colegios se paga directamente, pero en otros se hacen completadas, rifas y hasta se organizan equipos para envolver regalos con tal de tener el dinero necesario para este infaltable elemento que nos identificará como los reyes del liceo por al menos un año.
Los presidentes de curso tienen pesadillas con él, mientras que el resto del curso exige y pelea porque su diseño sea del gusto de todos.
¿Hasta cuando con el dibujo de los Simpsons?
Los diseños más trillados suelen tener un dibujo de Bart Simpson, algún personaje de Dragon Ball Z, Bob Esponja, alguna alusión a la marihuana o el dibujo del mono animado de moda en ese tiempo (no hay que olvidar los clásicos Bugs Bunny, el Coyote o el Demonio de Tazmania, que más de una vez por año los veremos por las calles. Falta imaginación al momento de elegir el personaje adecuado al parecer.
Pero no hay nada peor que poner caricaturas de los profesores. Todos los del curso nos reiremos por un tiempo cuando veamos el polerón, pero será una lata estar explicando a cada persona que vea el polerón sobre qué significa esa ensalada de personajes de dudosa procedencia en nuestras espaldas.
Los infaltables nombres y apodos
Otro tema que nos llevará a enfrentarnos serán los apodos que nos pondremos cada uno en el polerón. A algunos nos les gusta cómo les dicen mientras que otros exigen tener cierto apodo que los caracterice. Pero siempre… realmente siempre, existirán los apodos basados en el físico, como “Guatón”, “Negro”, “Harry” (por Harry Potter), etc. Hacemos un llamado a ser más creativos con los apodos e intentar evitar las discriminaciones.
Una vez que se llega a consenso sobre el diseño y los apodos que tendrá nuestro querido polerón, el debate se centrará en elegir la frase y el nombre del curso. Infaltables son los “Cuarto Alcohólico”, “Cuarto Bellaco”, “Cuarto Bioloco”, “Cuarto Cex”, etc (ver más cosas típicas de los polerones aquí) o las frases “Copiar con honor o morir con un 2”, “Si quieres trabajar, sientate y espera a que se te pase”, etc.
Pero fuera de todas las cosas típicas del polerón de cuarto medio y por más feo que sea (porque casi siempre queda feo), es un rito que nunca pasará de moda y que aunque la famosa prenda termine de trapero a los meses, siempre recordaremos a nuestros compañeros y a nuestros profes cada vez que lo veamos.
¿Tienes alguna anécdota entretenida con el polerón de cuarto? Déjala en los comentarios.