A veces hay cosas que resultan muy increíbles y que nos dejan boquiabiertos, records mundiales, actos de magia, proezas extremas o hechos insólitos ocurridos en la vida cotidiana. Todos quizás alguna vez hemos realizado trampa en una prueba, con el típico torpedo en una pequeña hoja de papel, escondido en un lápiz, anotado en la palma de la mano o en el caso de las minas en las piernas.
Todos sabemos que existen muchas otras formas que se pueden utilizar para copiar y que no te pille el profe, te quite la prueba y te coloque un 1.0 directo al libro. Hoy la ventaja es que existe el uso del teléfono inteligente como forma de torpedo, donde virtualmente se pueden guardar archivos y textos para ayudar en la prueba.
Pero lo que te contaré a continuación es algo para no creer, porque un ciudadano de Arabia Saudita se preparó para rendir su último examen en el colegio. Después de haber estudiado toda la materia por precaución fabricó un torpedo en una hoja de papel pequeña la cual guardó en su oído para no levantar sospecha, todo esto hace 20 años atrás.
Ustedes deben preguntarse ¿Qué tiene de extraño que el saudita haya ocupado este método? y les respondo que la verdad no tiene nada de raro. Lo insólito es que después de todo ese tiempo, resultó bien en el examen, pasó por la universidad, terminó con una buena vida, pero se olvidó de lo más importante, sacarse el torpedo del oído durante muchos años. Solo se dio cuenta visitando al médico, al sufrir fuertes dolores de cabeza, en su cuello y en el oído, atribuyéndolo según el astuto copión a suciedad acumulada dentro del oído. Pasaron los años, envejecía y el dolor según uno de sus médicos tratantes, “era más intenso”. Finalmente los doctores le sacaron el pedazo de papel del oído al adolorido paciente y este decidió quedarse con el torpedo para guardarlo como recuerdo. Ahora dedicará su tiempo para enseñar a sus hijos y a otros niños y jóvenes para que estudien y no ocupen trampas en las pruebas.
Fuente: papeldigital.info/lahora/ - Foto CC vía Flickr