Esta semana el Mineduc le informó al Consejo de Rectores que desde el 2014 comenzará a aplicarse una nueva fórmula para calcular el arancel de referencia y que se espera complete su integración al sistema gradualmente de aquí hasta el 2017.
En palabras simples, cambiarán los criterios con los que se fijen los nuevos aranceles de referencia. Si hasta acá lo que primaba para el Estado era el desempeño institucional de las universidades, considerando factores académicos (proyectos, publicaciones científicas, o profesores con postgrados) y factores de eficiencia docente (tasa de titulación), se espera que desde este año se enfoquen en los resultados que tengan los estudiantes al salir de la universidad.
No hay que confundirse. Con este cambio no buscan reemplazar lo que han estado clasificando hasta ahora, sino que ir dándole cada vez más importancia a lo que pasa después de titularnos, como qué tan rápido conseguimos pega o cuánto ganamos.
Cabe aclarar que el arancel de referencia es el valor que fija el Estado para determinar cuánto es el tope máximo de plata que entregará para financiar carreras a través de becas y créditos. Hace unos meses se los explicamos más en detalle.
Aun cuando los cambios apunten a mejorar el sistema de acceso a la universidad, sobre todo para quienes no podemos costearla, vale la pena cuestionarse qué pasará realmente con el aporte económico que realiza el Estado en las universidades del Cruch.
Por ejemplo, y de acuerdo a lo señalado por el mismo Mineduc, se espera que las más beneficiadas con esta nueva fórmula de calcular el arancel de referencia sean las privadas tradicionales, como la Universidad Católica y de Concepción. Siendo privadas (y por ende, como todos sabemos, poco reguladas), “estas instituciones aumentarán el monto de sus aranceles de referencia en un 6,6%. En cambio, en ese mismo período, las 16 estatales proyectan un crecimiento de 5,9%”. ¿Serán quienes pertenezcan a estas casas de estudio los que más necesiten aporte estatal? A pocos días de saber quién presidirá este país por cuatro años, estos datos dan para pensar y evaluar cuál fue el desempeño del gobierno de Sebastián Piñera en materia de educación.
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