No hay nada más fácil y rápido en el mundo que dejarse la cagá en el pelo. Por ahorrarse el peluquero o por hacerse un súper bacán y estiloso look que ningún experto en cortes podría realizar, uno puede quedar como si una cortadora de pasto y el Joven Manos de Tijeras te hubiesen hecho cariñitos juntos.
Por ejemplo, una vez yo tenía una moika y debía afeitarme a los lados para que durara un poco más y también me refrescara del calor. Un día, por no querer pedir ayuda (porque si mi vieja se enteraba de mi “locura” capilar, me rapaba toda la cabeza) y sin espejo, me afeité yo misma. Según yo, quedó pulenta, pero cuando al fin me conseguí un espejo –porque por apurada, después del retoque salí hecha una bala sin mirarme-, me di cuenta que: ¡mi cabeza parecía Animal Print! Luego de unas cuantas risas de mis amigas, me ayudaron a quedara un poco mejor.
También, una vez mi pololo, esta vez de cagao porque no quería pagar un peluquero, decidió acicalarse solito. Dejó a la mano dos tijeras: normales y las que entresacan pelo (esas con dientes). Se mojó el pelo y sin mirar, en vez de tomar las tijeras entresacadoras y comenzar a cortarse atrás, tomó las normales y empezó a hacerse machetazos como si su pelo fueran matas.
Cuando se dio cuenta que su cabello caía un poco más de lo que esperaba, paró. Llamó a su mamá para que lo ayudara a arreglar el cagazo que se estaba dejando. Pero ella, en vez de tomar las tijeras entresacadoras, hizo lo mismo que su hijo y le dejó más la cagá jajajaja. Así que no les quedó más remedio que ir al peluquero a tratar de arreglar la obra de arte.
El profesional de los pelos le dijo que no había cómo arreglar los machetazos, a menos que se rapara toda la cabeza. Así que tuvo que usar gorro todo un mes.
Finalmente, he vivido, me han contado y he visto muchas hermosas maneras de dejarse la cagá en la cabeza.