Como todos los años, este miércoles 20 algunos estudiantes se enfrentarán nuevamente al Sistema de Medición de la Calidad de la Educación, más conocido como Simce. En esta ocasión es el turno de los segundos medios, quienes tendrán que rendir la prueba de comprensión de lectura y matemáticas.
A pesar de los muchos años que se lleva realizando esta prueba, siempre existen dudas sobre su función, supuesta obligación o las consecuencias de su resultado. Y hoy, porque nunca está demás, aclararemos estas y otras dudas.
Lo primero es que el Simce es una prueba que busca, según lo expuesto por la página de la Agencia de la Calidad de la Educación -organismo a cargo del Simce-,“contribuir al mejoramiento de la calidad y equidad de la educación”, pudiendo a través de los resultados observar las deficiencias en el sistema educativo de los distintos establecimientos y evaluar los posibles cambios en los métodos de enseñanza.
Sin embargo, la aplicación del Simce y su “aporte” en la mejora de la educación, está teniendo cada vez más detractores, los que aseguran que esta prueba estaría fomentando las brechas de desigualdad educacional que se viven en Chile. Esto sucede porque los establecimientos, en su afán de lograr reconocimientos, centran su preocupación en la preparación de esta prueba (los que sucede también con la PSU), dejando de lado una enseñanza integral. Lo que finalmente logran los estudiantes es aprender a responder, pero no adquirir reales conocimientos. Por otra parte, si bien los establecimientos recalcan una y otra vez, por medio de comunicaciones a los apoderados sobre la importancia y a veces exigencia de asistir el día del Simce, la obligatoriedad de participar de este proceso sólo corre para los establecimientos, no para los estudiantes. De esta forma, quienes serían “penalizados” si se dá una supuesta inasistencia masiva, serían los colegios, a través de castigos como el no envío de resultados. Bajo ningún punto de vista un alumno puede ser sancionado en caso de no rendir dicha prueba, por más que los directores (los más beneficiados con un buen resultado) insistan en lo contrario.
En este sentido, hace algunas semanas los estudiantes secundarios han hecho un llamado a “funar” la prueba Simce, a través de la campaña “Alto al Simce”. Para esto, se puede NO asistir a rendir la prueba, dejarla en blanco e incluso algunos hablan de posibles tomas, para poder realizar asambleas, donde se discuta sobre este tema.
Es así como este miércoles seremos testigos de un nuevo escenario en cuanto a la rendición de la prueba Simce. Los estudiantes secundarios hace rato vienen demostrando que “no les vienen con cuentos” y que cuando se trata de defender la educación, nadie los callará.