Las campañas políticas son extrañas. Muchas son muy aburridas: los mismos personajes, las mismas promesas, los mismos conflictos, los mismos cahuines, etc. Pero hay algunas que son tan ridículas que llegan a ser chistosas y quedan para la posteridad.
Por ejemplo, el The Clinic escogió los 25 jingles más malos de los candidatos a Consejeros Regionales. En esta lista sale el video promocional de Roden Arévalo, el cual si durara más de lo 35 segundos, me reventarían los oídos con esos tonos tan altos. Quizás sea original, pero en realidad no hay órganos auditivo que aguante esos sonidos… incluso juro que mi perro comenzó a aullar cuando puse el clip.
Otras maneras de hacer campaña política es tomar un tema penca y hacerlo más penca. Como es el caso de Jonathan Velázquez, candidato a diputado por Antofagasta. Él y su comando tomaron el tan conocido Chica Rica de René de la Vega y lo transformaron en su himno propagandístico.
Al menos este último me hizo reír, porque me carcajeaba con esa canción y de vez en cuando salía en su carrete rancio.
También hay millones de jingles que son una vil copia. El plagio es un arma infalible cuando de atraer votos se trata. ¡Cómo olvidar el Punchy - Punchi Chichi Pun de Aránguiz (Candidato a Core)!
Quizás no haya muchas ideas, ni mucho debate. Al final son los mismos candidatos postulando a los mismos cargos (tal vez sólo se cambien de distrito), pero siempre nos dejaran sus ridículas campañas para reírnos por años. Sino pregúntale a tus viejos por Rosa de Aric o ¡Trabajo, trabajo, trabajo! (0:12).
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