Pasa que hace como dos meses la conocí por Internet. Ella es de Quintero y yo vivo en Santiago, pero desde que empezamos a chatear –yo la agregué pero ella me metió conversa primero- que caché que me gusta mucho, tanto como para pedirle pololeo. Nunca he pololeado a la distancia y como que siempre he rechazado la idea, más que nada por lo que he leído y/o escuchado de que esas relaciones nunca terminan bien, se prestan sólo para malos entendidos y a la larga, te pasa la cuenta el no estar ‘cerca’… Ya saben a qué me refiero.
Pero con ella me pasa que nunca había confiado tanto en alguien. He pololeado antes, con buena y mala suerte, pero a ella la veo tan incapaz de hacerme algo malo que no sé... Una parte de mi quiere sólo estar con ella y comprometerse, jugármela para que las cosas funcionen, pero la otra parte tiene miedo a pasarlo mal, a extrañar demasiado y a caer en los celos y la desconfianza.
Ahora ya como que estamos andando. Ella vino para mi cumpleaños en junio, y justo hice una fiesta en mi casa por lo que conoció a casi todos mis amigos, a mi familia y les cayó muy bien a todos. Ahí ‘tiramos’ por primera vez, en medio de la fiesta y a la vista de todos mis amigos… Es que no me aguanté. Poco tiempo después, fui yo a su casa y creo que le caí bien a su familia porque siempre me mandan saludos. Ella dice que me encontraron ‘buen niño’.
En fin, yo quiero estar con ella, ella quiere estar conmigo, hasta el momento los dos confiamos en el otro, pero no sé si dar el famoso paso de formalizar...
¿Qué harían ustedes?
(Foto: Flickr)