En la actualidad, el tiempo vale oro. Y para estudiar esa es una premisa que tiene mucho sentido, sobre todo en un semestre que incluye la PSU. Es por esto que acá les presentamos una técnica que te permitirá ahorrar tiempo y, por ende, muchas preocupaciones.
Se trata de historias o materias grabadas y que pueden ser escuchadas en cualquier formato. En el teléfono celular, en un mp3, en el iPod o reproduciéndose directamente de tu computador, los audiolibros pueden llegar a ser una herramienta eficiente para estudiar y que eso no signifique una tortura. Durante la niñez somos mucho más susceptibles a aprender mejor mirando y escuchando que leyendo. La lectura requiere de habilidades mucho más complejas, con un alto nivel de desarrollo intelectual. Por eso, la solución de ‘escuchar’ los libros aparece como una gran solución para conseguir buenas notas.
La audición debe estar dentro de las primeras habilidades que toda persona desarrolla. Esa estimulación hace que aprender escuchando tenga bastante sentido y sea una de las herramientas que padres y profesores pueden elegir, para que el estudio de niños y jóvenes sea más eficiente y más ‘amigable’.
La gran mayoría de los niños y adolescentes tienen cierto gusto por la música, y suelen andar repitiendo y tarareando canciones de memoria. Este es un pequeño gran ejemplo de que la audición puede ser una gran ayuda para estudiar aquellas materias que estimulen el desarrollo de la memoria.
Asimismo, los audiolibros pueden permitir que un estudiante no aficionado a la lectura, pueda encontrarle el gusto a esta actividad. La idea es asociar la lectura con algo que sea entretenido y no una verdadera ‘lata’. Sin embargo, Sebastián Pizarro (18 años) los recomienda sólo hasta cierto punto. “Muchos creen que puede suplir la lectura pero no es lo mismo. Si no lees previamente, es como haber ido a una clase de reforzamiento sin haber estudiado nada antes”, señala.
Por otra parte, dentro de las ventajas de los audiolibros es que se pueden escuchar mientras realizamos otra actividad. Caminando, en la micro, en bicicleta o para ‘matar’ el tiempo mientras esperas a alguien, son algunas opciones para aprovechar el tiempo y escuchar eso que debes aprender para una prueba o una tarea.
Pero si quieres prepararte bien, se recomienda escuchar por las noches y con pocas o nulas distracciones. La idea es realizar esto por un lapso de diez a quince días. Sebastián lo recomienda sobre todo a quienes estén cortos de tiempo y que se lo tomen en serio, porque aunque parezca fácil, se requiere de bastante concentración para retener lo escuchado.
Todo esto lo destacamos ya que son herramientas que están al alcance de todos. Ocupar la tecnología no sólo al servicio del esparcimiento y la diversión, sino que también en función de hacer de las responsabilidades académicas algo más amigable, es posible.