Cuando ya son varios los establecimientos movilizados a nivel nacional, ya sea colegios o universidades, es válido preguntarse cómo hacer para compatibilizar dichas movilizaciones con la dictación de cursos y clases para pasar materias básicas para los estudiantes. No son pocos quienes, apoyando las tomas y paros, manifiestan sus inquietudes por organizarse en paralelo, con el fin de continuar repasando materias para no perder las temáticas necesarias.
Los dirigentes de la Confech, la Aces y la Cones han señalado en múltiples oportunidades que este 2013 (año de elecciones parlamentarias y presidenciales) llegó el momento de radicalizar las movilizaciones y de dar un paso hacia adelante con las demandas ya instaladas desde 2011. Al parecer, la gratuidad y la calidad de la educación son valores que no se transan y se instalaron definitivamente en la opinión pública, y en la conversación cotidiana.
Pero existen estudiantes que apoyan y participan del movimiento por la Educación, pero que de todas formas presentan inquietudes respecto a sus futuros inmediatos. Es por esto que comienzan a organizarse con el fin de continuar con la entrega de conocimientos que tiendan a cubrir aspectos básicos de la malla curricular y de los programas de cada asignatura.
Existen colegios que dentro de sus movilizaciones contemplan comisiones que organizan grupos de estudio, y que tienen el apoyo de algunos profesores para seguir pasando las materias, lo cual ha ido tomando cada año más fuerza. Francisco Vergara es profesor de historia en un colegio capitalino y fue contactado por un grupo de estudiantes para ver la posibilidad de que se sigan impartiendo clases dentro de la toma del establecimiento. Va dos veces a la semana y se preparan materias según dicte el programa anual del ramo. Gonzalo Arenas es estudiante de tercero medio y señala que “es una organización que parte de nosotros. Afortunadamente, contamos con la colaboración de algunos profesores, y con la ayuda y solidaridad de todos para sacar esto adelante. Es una muestra de que no somos delincuentes, y que tenemos la madurez y la responsabilidad necesaria para enfrentar esta situación”.
Haydée Flores es una profesora de matemáticas y en las movilizaciones de 2011 impartió las ‘clases éticas’ a los estudiantes que se encontraban en la toma del Liceo Benjamín Vicuña Mackenna de La Florida. La profesora, inclusive, facilitó su departamento para realizar clases a grupos de alumnos. También coordinó las lecciones que estudiantes del Campus San Joaquín de la Universidad Católica realizaban un par de veces a la semana en el colegio tomado.
Las demandas estudiantiles requieren de la organización y unión de la mayoría de los alumnos. Y esa misma organización es la que posibilita que se puedan llevar a cabo estos proyectos. Depende de los estudiantes, y de la importante ayuda de profesores con un alto sentido ético por su profesión. Ellos son un aporte invaluable.
La clave está en la organización.