Ok, lo sabemos, a los chilenos nunca nos ha gustado mucho leer y más aún cuando las distracciones o excusas se han multiplicado con el acceso a la tecnología. Primero fue la tele y hoy hasta el gato no nos permite concentrarnos. Sin embargo, conmemoraciones como la de hoy, el Día Internacional del Libro, siempre son una buena oportunidad para saber por qué no leemos.
La educación en Chile está siendo cuestionada desde distintos frentes, eso también lo sabemos. Resultados como los del SIMCE en los 2° medios o los de la PSU son antecedentes que aportan cifras y estadísticas que indican que los estudiantes no llegan bien preparados al nivel superior. No necesitamos profundizar más en eso porque son datos que de una u otra forma, lo vemos en nuestros compañeros o en nosotros mismos.
En más de alguna encuesta nombramos “la falta de tiempo” como la principal razón para no leer. Es cierto que todos a veces nos quejamos porque nos gustaría que el día tuviese más horas, pero mi abuelita decía que hay que partir por reconocer nuestros errores para poder enmendarlos; no leemos porque no queremos y punto. Los jóvenes actualmente estamos acostumbrados a realizar actividades de rápida resolución: enviamos mensajes de texto, posteamos en blogs, subimos fotos a Facebook y chateamos. Al lado de esto, obvio que la lectura nos demanda demasiado esfuerzo para concentrarnos en un texto que más encima quizás ni hayamos elegido.
Este post no consiste en bajonearnos, sino todo lo contrario. Queremos recordar que –por todo lo mencionado anteriormente- comprender lo que se lee no siempre es tan simple y que dependerá del tipo de texto pero a pesar de todo, leer hace bien. Leer nos permite pensar y cuestionarnos respecto a lo que nos interesa, refuerza nuestro vocabulario y ortografía a través de la memoria visual, podemos identificarnos con algunos personajes e imaginar mundos e historias, y por más obvio que suene, también nos sirve para aprender.
Por eso, si se motivan, ¡lean! Si te da sueño leer, avanza un poco en tu lectura antes de dormir y si lo haces todos los días, no te darás ni cuenta cuando ya tengas el hábito de leer. Si el libro que tienes que leer para Lenguaje es muy fome, intercálalo con uno de ficción, romance o un comic que sí te llame la atención.