En 2011 Microsoft compró Skype, uno de los software de texto, voz y vídeo más populares, en 8500 millones de dólares. Este programa ha provocado una gran polémica ya que ciertos cambios en sus políticas permitirían a las autoridades a acceder a conversaciones privadas de los usuarios.
A través de una patente llamada “Intercepción Ilegal”, Skype podría obtener información de las llamadas de las personas sin que estas se dieran por enteradas. Esto claramente generó una gran incomodidad, ya que se estaría traspasando el derecho a la privacidad. Las autoridades obviamente supieron de esta situación y salieron al paso para explicar cómo funciona el sistema.
Según la empresa, los cambios realizados solamente han respondido a una mejor experiencia para los usuarios, y no tienen como objetivo espiarlos. Según Mark Gillet, jefe de Desarrollo y Operaciones de Skype, las llamadas realizadas entre las personas no pasan por sus centros de datos, haciendo hincapié en que las conferencias grupales si lo hacían por un tema de rendimiento. "Cuando un servidor agrega los streams de video de clientes múltiples podría no tener suficiente ancho de banda para establecer todas las conexiones", apuntó. En cuanto a los mensajes de texto, estos sí son almacenados temporalmente por un plazo de 30 días, para facilitar el buen funcionamiento del sistema.
Según las políticas de privacidad de Skype, la posibilidad de acceder a esta información estaría latente en el caso en que la ley así lo requiriese.
Hoy en día todo gira en torno a internet. Basta con mirar un rato a la gente en la calle y un alto porcentaje está mirando su celular, el que probablemente es un smartphone con acceso a la red. Un estudio realizado por Google mostró que en países como Argentina, Brasil y México, cerca de un 20% de los aparatos móviles son teléfonos inteligentes, y un 80% es utilizado para navegar en internet. Este fenómeno, sumado a la vasta cobertura de redes sociales como Facebook y Twitter, ha generado un registro de nuestros perfiles y preferencias, donde sitios como YouTube son capaces de saber exactamente qué es lo que queremos ver, sugiriendo vídeos de las temáticas que solemos visitar.
Esto puede ser beneficioso y cómodo para muchos, pero el problema recae cuando la frontera de la privacidad es traspasada y gente tiene acceso a información que no queremos que se sepa.
Sin duda una polémica que llama la atención y que advierte que uno nunca sabe quien podría estar accediendo a lo que compartimos por internet. El tema de la privacidad en la red es uno de los más complicados y delicados debido a la delgada línea que existe entre lo que una empresa puede utilizar y lo que no. Ya Facebook ha pasado por problemas similares al cambiar sus políticas de las que muchos a veces no se enteran, y luego llegan a darse cuenta que contenido que suponían privado estaba expuesto. La vida privada es mejor recomendable mantenerla como tal: privada.
¿Creen ustedes que las empresas del rubro realmente acceden a todo lo que hacemos?
¿Skype nos espía?
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