El consumo de bebidas gaseosas en nuestro país es altísimo. Un estudio realizado por la internacional Oxfam demostró que Chile es el tercer país que más consume este tipo de líquidos en América, siendo solamente superados por Estados Unidos y México. En promedio un chileno bebe 116 litros al año, lo que es casi un litro cada tres días. ¿Qué tiene esto de malo? Está comprobado que tal ingesta genera problemas a la salud, siendo algunos irreversibles. Los amigos de Yahoo enumeraron cuatro de ellos, y para algunos son más que suficientes para optar por otras cosas como el agua o la leche. A continuación les presentamos las razones del porque su consumo no debería ser tomado tan a la ligera:
Gordo por fuera, gordo por dentro Una investigación realizada por científicos daneses estudio a varias personas que durante seis meses consumieron leche, agua o bebida. Terminado el plazo, aquellos que consumieron la última opción, no solo aumentaron de peso exteriormente, sino que sus huesos y su hígado también se vieron afectados negativamente, sumado a un alza en el colesterol. ¿La bebida dietética es la solución? Error. Toda gaseosa tiene endulzantes y colorantes que perjudican la salud, generando hiperactividad y daños en las células cerebrales. Más aún, su ingesta aumenta el riesgo de contraer diabetes. Y eso no es todo...
Te estás tomando un retardador de fuego No, las empresas no piensan que te vayas a incendiar por dentro ni te están haciendo un favor. Existen químicos que retardan la propagación del fuego y que son utilizados en distintos productos como muebles y textiles. No obstante, uno de estos componentes está incluído en ciertas gaseosas para mantener consistente la mezcla de endulzantes artificiales y el líquido en sí. El consumo excesivo de este puede generar intoxicación, provocando pérdida de memoria, problemas a los nervios y lesiones a la piel. ¿Si aún hay más? Sí, aún hay más...
Todos somos parte de un experimento genético Un jarabe alto en fructosa es utilizado para endulzar varios tipos de bebida. Sin embargo, este proviene de maíz modificado genéticamente. Al ser un proceso relativamente nuevo, aún no sabemos si este tipo de intervención generará problemas a largo plazo. Lo que sí han demostrado algunas investigaciones, es que los resultados de la ingeniería genética pueden provocar una aceleración en el envejecimiento, daños digestivos e infertilidad. Creo que ya estás empezando a pensar en tomar menos bebida...
Chao huesos, chao dientes Estudios han demostrado que la mayor ingesta de bebidas gaseosas ha provocado que disminuya el consumo de leche. Esto no solo provoca perder las cualidades de la leche, sino que además los componentes de la bebida deterioran tanto dientes, generando caries (Coca cola y los dientes - YouTube), como también los huesos, produciendo osteoporosis. Así que si que cuando sean viejos no quieren sonar como un mueble viejo y poder masticar una manzana, la leche no puede quedar ajena a tú dieta. Porque como dice el Mago Valdivia, “tómate la leshe”.
Razones suficientes para reflexionar sobre esta tendencia tan común, de la que poco están ajenos y que genera más daño del que uno cree. A esto habría que sumarle el daño provocado por la mezcla con bebidas alcohólicas, causando aún más problemas en tu organismo. Y ustedes, ¿cuántos litros de bebida consumen a la semana?