James Holmes, el hombre que asesinó a 12 personas en un cine de Colorado, durante el estreno de la última película de Batman, The Dark Knight Rises –El caballero de la noche asciende en español–, protagonizó una de las peores masacres en los últimos cinco años de la historia de Estados Unidos, y sentó un nuevo precedente en la matanza de personas relacionadas con el cine, la música o la literatura.
El joven, de 24 años, llegó a cometer su crimen al cine vestido como un personaje de la película, y se habría inspirado en una escena del cómic en el que está basado el filme dirigido por Christopher Nolan. Muchos culpan a la historieta de haber motivado a Holmes a perpetrar el asesinato del cine, pero varios artistas sostienen que estos hechos no tienen relación con la violencia expuesta en sus trabajos.
Y creo que esto último es cierto, de ser por eso, cada acto de violencia inspiraría a otros a cometer asesinatos, crímenes, etc. El problema de hoy no es que se están realizando cosas más violentas, el “problema” de hoy es la visibilidad de la sociedad, la que se ha expandido gracias a los medios de comunicación, en especial internet. Si en la Edad Media alguien cometía un homicidio, probablemente se sabía en la ciudad o en los alrededores donde ocurrió, hoy se sabe en todo el mundo a los 15 minutos.
Y además, creo que habla de una sociedad enferma, una sociedad estadounidense que repite sus masacres con demasiada periodicidad, como no se ve en otros lados. Ellos hablan y condenan la violencia en otros países, y no les importa llevar tropas donde sea para “promover la paz”, pero falta mirar un poco más lo que ocurre en casa e intentar solucionar un mal que se expande como mancha de aceite por todo el país.
Pero a lo ocurrido en el estreno de Batman, no es el único hecho de violencia que se relaciona con aquella ligada al cine, la música o la literatura. Basta recordar lo sucedido con la masacre de Columbine, donde un grupo de adolescentes irrumpieron en su colegio y asesinaron a una gran cantidad de personas dentro del establecimiento. En dicha oportunidad se culpó a la música de Marilyn Manson de haber incitado a los jóvenes a realizar la matanza.
También está el caso de John Lennon, quien fue asesinado por el fanático Mark David Chapman, quien se habría inspirado en la obra literaria El guardián entre el centeno de J. D. Salinger para matar al músico inglés, líder de los Beatles.
Muchos casos se pueden ligar a la “violencia” expuesta en diversas obras, pero lo cierto es que eso sería cambiar el foco de lo que es realmente importante, la violencia en el mundo real, que está en todos lados, que nos afecta a todos y que es más común de lo que se piensa. Hay que convenir que no es que estos hechos están aumentando año a año y que tienen directa relación con películas, obras literarias o la música, sino que los medios hay tenido un papel fundamental a la hora de mostrar lo que ocurre alrededor del mundo con una rapidez importante, haciéndonos partícipes a todos. Finalmente, no hay que dejarse llevar por lo que se expone en diversas obras, cada autor retrata algunos males de la sociedad, lo que no significa que sean modelos a imitar.
Qué opinas, ¿es culpa de las obras que “cada día se hacen más violentas” o es que los medios nos ayudan a ver más fácilmente estos problemas?
Caso Batman, ¿Hasta dónde puede llegar el fanatismo?
Publicado
por
Claudia Silva