El excluído del curso siempre está presente. Es casi como un personaje típico, que nunca puede faltar, y se convierte en una pieza fundamental dentro de los compañeros. En cada curso están los populares y los no populares, y casi siempre tienen mala onda entre ellos, por una cosa de costumbre que se da desde siempre.
Los rechazados del curso pueden ser de dos tipos. Están los típicos nerds: los mateítos del curso que tienen puros sietes y siempre están ayudando a los demás. El prototipo de estas personas suele ser el clásico niño de lentes y espinillas, quizás no muy agraciado físicamente, pero que generalmente es muy buena onda con el resto cuando se da la ocasión.
Por otro lado están los “alternativos”. Son aquellos que pertenecen a una determinada tribu urbana (góticos, emo, pokemones, etc), y que prefieren mil veces quedarse en un rincón de la sala escuchando música, antes que compartir con los demás, porque se sienten distintos a los de su curso y no tienen muchas ideas en común con ellos.
Yo reconozco que cuando iba en el colegio, durante mis últimos años fui parte de las rechazadas del curso. En realidad esto era así porque no me sentía identificada con el resto de mis compañeras, las encontraba demasiado superficiales, y prefería hacer otras cosas en las horas de recreo, en vez de escuchar reggaeton a todo chancho como lo hacían ellas.
Nunca sentí lata ni nada por el estilo por no ser de las populares del curso. Sin embargo, igual existían las compañeras que siempre quisieron ser parte de ese grupito al que todas seguían, pero que nunca les resultó. A mí me daba pena, porque se notaba que aspiraban a ser las bacanes, pero su personalidad no se los permitía.
La mala onda abunda en contra de estas personas. Las bromas de mal gusto como cortar el pelo, rayar los cuadernos, etc, son las que los más populares llevan a cabo con el objetivo de burlarse de ellos, a veces sin razón alguna.
En tu curso, ¿eres de los populares o de los rechazados?
El patito feo del curso
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Secundarios